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viernes, 10 de agosto de 2012

la leyenda nunca morira



CAPITULO 1


Era una cálida tarde de principios de primavera de 1881, en lo alto de las montañas aun quedaban las cumbres nevadas, había sido un invierno duro y largo. Sentado bajo un robusto roble, se encontraba un anciano, cientos de surcos marcaban su cara apergaminada, sus ojos abatidos y semi cerrados, a duras penas podía ya hablar, a su lado, un niño, de mirada viva e inquisitiva, no dejaba de observarle, sabiendo que de aquellos labios, saldría una historia que le apasionaría cómo tantas veces le había ocurrido.
El anciano se llamaba Hehaka Sapa (que en lakota significa Alce Negro), había sido un gran hombre medicina, pero aquellos tiempos en las inmensas praderas donde cazar, cabalgar y vivir en libertad ya pertenecían al pasado, ahora ya sólo le restaba pasar sus últimos días confinado en aquella madriguera que los blancos llamaban reserva india, el pequeño que permanecía a su lado se llamaba Wanblí (águila), al nacer le pusieron ese nombre por sus ojos, era cómo ver los de un ave de presa, la impaciencia recorría el ánimo del pequeño que sabía que su abuelo pronto empezaría a contarle algún bonito relato de su pasado.
"Sus padres trajeron su cadáver y lo pusieron en una caja. Vi a los dos ancianos yendo solos con el cadáver de su hijo. Nadie los siguió. Se fueron solos y aún los veo marchar. Jamás describieron el sitio al que llevaron el cuerpo de su hijo. Nadie sabe hoy dónde reposa. No importa dónde repose su cuerpo, pues es hierba; pero será bueno estar donde su espíritu se halle”
Así comenzó a contar Hehaka Sapa a su nieto la historia del que se cree que fue el mejor jefe Oglala que había existido, que con el tiempo se llamaría tashunka Witko, (más conocido por los blancos cómo Caballo Loco), Wanblí se acomodó en el suelo, y se dispuso a poner todo el interés en lo que iban a relatarle.
- Abuelo, quiero que me cuentes la historia de nuestro antepasado, el Gran Jefe de nuestra nación, que logró derrotar a los casacas azules- dijo el pequeño, con ojos llenos de entusiasmo.
- No te impacientes, y da un respiro a éste anciano, mi memoria es ya un río llegando al mar, donde todo se disipa- le contestó Hehaka Sapa.
Su abuelo esbozó una sonrisa al ver la atención del pequeño, cómo le recordaba a él muchos años atrás, cuando sentado en la hoguera principal del poblado escuchaba las historias de los mayores, bravos y aguerridos guerreros curtidos en cientos de batallas, contra otras tribus y contra la invasión del hombre blanco, sí, era bonito ver a su nieto recordandole a él mismo.
El anciano tomó un sorbo de agua, era una larga travesía por la vida de un personaje admirado y tenía la certeza de que el pequeño, no le dejaría marchar hasta que no acabara su historia, así que después de recapacitar donde se se había metido se dispuso a comenzar.
Corría el año 1845 cuando nació un niño en el poblado de la tribu oglala, al este de Paha Sapa en las Colinas Negras (territorio sagrado para los sioux), era hijo de un hombre medicina,una persona muy respetada y admirada entre los suyos, fue un parto difícil, a punto estuvo de fallecer, pero no, ya por sus venas corría un espíritu indomable y fuerte, su progenitor le cogió en brazos, le levanto en el aire, y le llamó Pehin Sapa (Rizado), porque tenía el pelo muy rizado para ser un bebé, le auguró un gran futuro, estaba destinado a ser un líder para su pueblo. Siendo aun pequeño ya se empezaba a destacar sobre los demás niños, era fuerte y ágil, hábil con el arco y el tomahawk (hacha de guerra), con unos diez años de edad le abandonaron sólo en las montañas, era su iniciación, durante días vagó por los montes, eran Las Colinas Negras, árboles estirándose hacia el cielo, queriendo atrapar las nubes, armado sólo con un cuchillo, no sentía miedo, pues los espíritus de sus antepasados, gran estirpe de guerreros según él creía, le protegerían de cualquier mal.
- Gran misterio, enséñame a confiar en mi corazón, en mi mente, en mi intuición, en mi sabiduría interna, en los sentimientos de mi cuerpo, en las bendiciones de mi espíritu. Enseñame a confiar en estas cosas, para que pueda entrar en mí el Espacio Sagrado y amar más allá de mi miedo, y así caminar en Equilibrio con el paso de cada glorioso Sol y gloriosa Luna- de esta manera se encomendaba el pequeño a aquella gran experiencia con la que inagurar su nueva vida.
Aprendió a hacer trampas para cazar, se alimentaba de pequeños animales y fruta silvestre, al cabo de unos días abandono las montañas para dirigirse a la pradera, sabía que podía volver al poblado, curtido ya cómo un adolescente preparado para ser un buen guerrero, a pesar de su corta edad, pero no consideraba haber realizado ningún mérito digno de la admiración de su padre o del resto de la tribu, así que de esa manera, comenzó a labrar su leyenda.
Al abandonar las montañas y llegar a la pradera, aún no tenía claro cual sería su gesta, cazar un búfalo o un bisonte? Sería una locura, a pesar de haberse fabricado un arco, flechas y una lanza, realizar esa cacería en solitario sería un suicidio, pero él no iba a desanimarse, pasaban los días, al acercarse una mañana a un riachuelo, en la lejanía, vio unos caballos salvajes, entre ellos, había el líder de la manada, un caballo pinto, era una imagen increíble, de color negro con el lomo y la parte inferior de las patas blancas, su crin era blanca y negra, el pequeño se quedó prendado de aquel bello animal, ése sería su objetivo, darle caza y hacerlo suyo, se sentó en una roca y comenzó a observarlo, pensando cómo podría hacerse con aquel portento de la naturaleza, al poco rato empezó a desistir de su idea, sólo no podría hacerlo, no podía correr cómo un caballo, cómo lo haría? Pensando, se quedó dormido, en sus sueños, vio cómo aquel animal al que había estado admirando, se le aparecía, levantando sus patas delanteras y agitándolas en el aire en señal amenazante, en cualquier momento podría aplastarle, era algo insignificante respecto a él, la pradera era su casa, era dueño y señor de aquél territorio, vastos llanos verdes donde la vista se perdía en la inmensidad, donde sólo se oía el viento gemir en un lamento desesperado, el pequeño allí no era nada ni nadie, el caballo no dejaba de relinchar y resoplar, el niño despertó, lo que había visto en sueños, estaba ocurriendo realmente, allí estaba aquel animal, delante de él, demostrándole su poderío, que podía hacer? Imploró la ayuda del gran Wakan Tanka (entes o gran misterio sagrado para los sioux), el caballo comenzó a a tranquilizarse, y al poco quedó quieto, mirando fijamente a aquella pequeña criatura que tenía delante.
Pasaron los segundos, mientras los dos se observaban sin moverse, entonces de repente, el pequeño dando un salto, antes de que el animal pudiera reaccionar, logró asirse a la crin del corcel, y subirse a su lomo, éste comenzó a patalear y a dar botes cómo si tratara de llegar hasta el cielo, no sabía que había pasado, no entendía que hacía aquella criatura subida encima de él, comenzó a galopar de manera salvaje, intentando desprenderse de aquel peso, quería quitárselo por todos los medios, el muchacho había visto hacer aquello a sus mayores con los caballos salvajes, y tenía muy claro que aquél, sería suyo, así pasaron los minutos, intensos y vibrantes para ambos, donde la lucha entre ambos, parecía no tener fin, al cabo de un buen rato, los dos estaban exhaustos, el jinete se agarraba al cuello de su montura, comenzó a hablarle de manera suave, acariciándole, el animal parecía que comenzaba a comprender, no podría deshacerse del pequeño, era cómo si en ese momento hubiera surgido una conexión entre ambos.
Lo había logrado, por fin tenía lo que quería, comenzaron su viaje de regreso hacia el poblado, el jovenzuelo iba pensando cómo se sentiría de orgulloso su padre cuando le viera con aquella montura, era un animal excepcional, ganaría el respeto y la admiración de toda su tribu. Pasados los días cuando se iba acercando a su destino, la primera en ver al niño, fue su madre, estaba junto a un pequeño río que discurría junto a los tipis (tiendas indias), no podía dar crédito a sus ojos, era su hijo, luciendo un porte digno del más grande jefe indio, pronto comenzaron a arremolinarse alrededor del recién llegado, bajó de su montura, todos los que allí estaban comenzaron a celebrar la gran proeza, bailando y cantando, su padre se acercó, junto a él caminaba Makhpyia-luta (Nube Roja para los blancos), el jefe de la tribu, el hombre que según contaban, jamás tuvo miedo, había sido y era un gran guerrero, admirado y temido por propios y extraños, miró con dureza al pequeño, se acercó a él, todos los presentes enmudecieron.
- Pehin Sapa, marchaste hace seis lunas, ahora vuelves convertido en un muchacho fuerte y listo, has pasado una gran prueba, y has demostrado tu valentía, algún día, cabalgarás junto a mí, serás un gran lider para nuestra gran nación- con estas palabras el Jefe indio daba su bendición al chico.
Se quitó una pluma de su penacho, se la colocó al niño en la cabeza, aquello fue el detonante de un gran júbilo por parte del poblado, era el mayor honor que podía recibir de tan Gran Jefe.
Hanbleceyapi (llanto por la visión) el padre del pequeño, entro en la tienda de Makhpyia-luta, quería hablar acerca de su hijo, se sentaron alrededor de una hoguera, el Gran Jefe ofreció la “pipa de cría de búfala” ( pipa traída a los sioux por una mujer búfala, se le designa generalmente por éste nombre, alusión a la descendencia Oglala de un mítico pueblo de “búfalos”), empezaron a fumar, pensando en lo que habían visto hacer al pequeño, su padre recordó que cuando nació su hijo, tuvo una visión, vio un gran guerrero llevando consigo a su pueblo.
- Soy padre, de una hija y un hijo, alguien a quien hoy hemos visto cómo a un gran guerrero en el futuro, cuando salió de su madre, el cielo se estremeció, Wakan Tanka, me habló, vi a un aguerrido Oglala, dirigiendo a cientos de indios hacia una victoria que se recordará por siempre, contra el hombre blanco – habló Hanbleceyapi.
Esto que había ocurrido debía de ser una señal, estuvieron largo rato en silencio, hasta que al final, Makhpyia-luta decidió hablar, esperarían a que llegara el tiempo en que Pehin Sapa, tuviera que pasar la prueba de la Danza del Sol, entonces tendrían mayor seguridad de si las visiones del hombre medicina se cumplirían, habría que esperar, aun, unos años.
Hehaka Sapa miraba a su nieto, sonriendo, sabía con toda certeza que había logrado captar toda su atención, pero no había acertado a darse cuenta, de que estaba rodeado!! Todos los niños de la reserva estaban alrededor de él, se corrió la voz de que el gran anciano, estaba contando la historia del personaje más querido por su pueblo, así que viendo que ya definitivamente no tendría escapatoria, prosiguió con el relato.
Pehin Sapa estaba peinando las crines de su caballo, había pasado un año desde que lo atrapara, y desde entonces eran prácticamente inseparables, estaba muy orgulloso de su “amigo”, cuando lo montaba, eran cómo un solo ser, parecían leerse el pensamiento, en ese momento apareció Taoyate Duta (Pequeño Cuervo), era un guerrero Cheyenne, había huido de su pueblo cuando fueron masacrados por enfrentarse al ejercito, los sioux, aunque mantenían guerras con otras tribus, entre ellas la Cheyenne, le aceptaron cómo uno más de ellos cuando les pidió refugio, tenían un enemigo común, y éste era el hombre blanco, que les estaba robando sus tierras, el pequeño miró al recién llegado, sentía una gran admiración por el guerrero, había oído a sus mayores y en especial a su padre, de las proezas en combate y en la caza de éste, Taoyate Duta se acercó al animal, pasaba sus manos con cuidado y cariño por su lomo, lo acariciaba cómo si estuviera sintiendo la piel suave de un bebé, entonces, desvió su mirada hacia el joven.
- Pequeño Pehin sapa, has demostrado tu valía y tu fuerza, ya no eres un niño que corre entre las piernas de su madre, ya te has convertido en un muchacho digno de la sangre que corre por tus venas, he hablado con tu padre, el gran hombre medicina, y creemos que ha llegado la hora de que cabalgues a nuestro lado, se acerca la temporada de caza y estarás a nuestro lado- le explicó el guerrero al niño.
Creían que ya era hora de que les acompañara, Pehin Sapa no daba crédito a lo que escuchaba, por fin podría unirse a los guerreros, llegaba la hora que siempre, desde hacía mucho tiempo, había estado esperando.
El joven corrió en busca de sus padres, la emoción le embargaba, entró en la tienda, allí estaba su madre, Thate Wétu (Viento de Primavera), tumbada en una piel de bisonte rellena de paja, que hacía las funciones de cama, estaba muy pálida, gotas de sudor corrían por su cuerpo, a su lado se encontraba la hermana mayor del pequeño, y también su padre, al verla allí, en aquellas condiciones supo que no era buena señal, le estaban aplicando unas hierbas calientes por el pecho, su respiración era dificultosa, la alegría con la que había llegado, de pronto desapareció, se arrodilló junto a la mujer y le cogió la mano, ésta giró la cabeza y le dedicó una mirada tierna, Hanbleceyapi agitaba una especie de plumero encima de su esposa, al tiempo que entonaba unos cánticos rituales, la respiración de Thate Wétu era muy dificultosa, se ahogaban las palabras, casi no podían salir de sus labios.
Cuatro guerreros entraron en la tienda, viendo que era el posible final de aquella gran mujer, cogieron la cama y la alzaron para sacarla al exterior, era costumbre entre las creencias religiosas de los sioux, que una persona que moría de enfermedad, no lo hiciera en el interior del tipi, si no, que lo hiciera fuera, para que de esa manera, su espíritu, pudiera marcharse bajo el cielo abierto
-Hijo mío, te he visto convertirte en casi un hombre, tu padre me ha hablado de que ya estas preparado para salir a cazar con los guerreros, estoy muy orgullosa de ti- su voz cada vez era más debil, apenas un susurro inaudible- eres hijo y descendiente de una casta admirada y querida por nuestra tribu, se que serás digna de ella, yo marcho ya a reunirme con mis padres, y con los padres de éstos, algún día, volveremos a reunirnos todos en las grandes praderas, donde viviremos en paz...- fueron sus últimas palabras.
Un silencio sepulcral invadió la tienda, Pehin Sapa apretaba la mano de su madre, hundió la cara en su pecho, pero ni una lágrima, ni un lamento salió de sus labios, Hanbleceyapi, estaba inmóvil, con la mirada fija en su esposa, su alma había abandonado su cuerpo. - Hijo mío, tu madre ya está junto a Wakan Tanka, en las verdes e inmensas praderas, donde vivirá feliz, donde los ríos, montañas y el cielo se juntan, donde pastan los búfalos sagrados, donde no hay que pelear, el lugar donde reina la paz y todos los animales y los hombres somos hermanos- estaba convencido de que su mujer por fin había dejado de sufrir, después de haber sufrido unas altas fiebres contra las que nada pudo hacer con su medicina.
El sol empezaba a iluminar con sus rayos rojizos las tiendas del poblado, había sido una noche larga, donde nadie había dormido, la mujer del guía espiritual y hombre medicina, había volado a reunirse con el Gran Espíritu, una gran hoguera con las brasas aún calientes lamía con sus pequeñas llamas la brisa fresca de la mañana, la danza ceremonial había sido muy emotiva, no era por una mujer cualquiera, Pehin Sapa no se movió en todo el ritual de su hermana mayor Anpaytoo ( Radiante), mientras su padre danzaba alrededor del fuego, éste cantaba mientras aún continuaba con un continuo y pausado movimiento al ritmo de los tambores, después de varias horas, las plañideras gritaban y agitaban sus cabezas en un movimiento bamboleante de sus cabezas.
-Ancestro, Gran Espíritu, mírame de nuevo e inclínate para oír mi débil voz. Tu viviste primero, eres anterior a todas necesidades más antiguo que la legaría (legado). Todas las cosas te pertenecen, bípedos, cuadrúpedos, lo que tiene alas y lo que está verde y está vivo.
Tú has puesto en orden el mundo, para que los poderes de los cuatro puntos de la tierra se crucen unos con otros, día tras día por siempre, eres la vida de todo. ¡escucha! Inclínate para oir mi débil voz, en el centro del círculo sagrado, ¡oh! Gran Espíritu, Ancestro, tengo que decir que el árbol nunca floreció, se marchitó, de nuevo recuerdo la visión que me diste, quizá alguna pequeña raíz del árbol aún esté viva, entonces nutrela para que pueda echar hojas y florecer y llenarse de aves cantoras. Escúchame para que una vez más la gente pueda encontrar el buen camino y el árbol protector, los seis ancestros han colocado muchos seres en este mundo y deben ser felices. Todos los seres pequeños han sido enviados aquí por alguna razón, y en ellos debe perdurar la felicidad y el poder de hacer felices a otros, porque este era el deseo de los abuelos del mundo- Así acabó la ceremonia y el ritual fúnebre.
Sería un día de duelo para la tribu, esa misma noche, después de trasladar el cuerpo a las afueras de poblado, donde troncos formando una carcasa y una base plana encima, descansaría el cuerpo para la eternidad, colgantes alrededor de su cuello y grandes pendientes adornaban su cuerpo, vestida con las mejores galas realizadas con pieles de bisonte, nutrias y zorros.
A los pocos días, Hanbleceyapi, en una pequeña ceremonia de nuevo ante todos los mienbros de la tribu cambiaba su nombre por el de Tashunka Witko (era costumbre cambiar hasta tres veces de nombre en la vida de un sioux), también en ese momento anunciaba que su hija Anpaytoo sería tomada cómo esposa por él, para que así le ayudara a cuidar a su hijo, dejando de ser su hermana para convertirse en su madre, (las mujeres estaban en una gran estima por los hombres, siendo incluso algunas aceptadas en el consejo de jefes y guerreros).
Unos días después, se reunieron los guerreros, mientras las mujeres, ancianos y niños desmontaban los tipis y en un abrir y cerrar de ojos no quedaba nada del poblado, había llegado el momento de partir a la caza del bisonte, irían siguiendo las rutas de los animales que veneraban, Pehin Sapa, montaba su caballo pinto, junto a Taoyate Duta, por fin era su turno, llegaba el momento tan esperado, a los dos días, encontraron las manadas pastando en las inmensas praderas, la vista se perdía en el infinito, donde el verde terrenal y el azul celeste se confundían, los exploradores que se habían avanzado al grupo, volvieron atrás para avisar de que habían encontrado lo que buscaban, cientos, tal vez miles de búfalos y bisontes eran cómo una alfombra, en medio de aquellas llanuras, la marcha de la caravana era lenta, Makhpyia-luta decidió que acamparían allí cerca, y al día siguiente, comenzaría la caza para conseguir alimento y pieles, las mujeres eran las encargadas de levantar las tiendas y de administrar los puestos de las labores que cada mienbro de la comunidad debía realizar.
El joven estaba excitado, no logró dormir aquella noche, sería su primera caza, sólo los guerreros más avezados en aquellas lides eran los encargados de realizar dichas tareas, pero los jóvenes, tenían ya que empezar a colaborar con los mayores, se había reunido el consejo de treinta y dos componentes para celebrar los rituales pidiendo que la caza fuera abundante y prolifera, los tambores y los cánticos duraron hasta el amanecer.

CAPITULO 2
El sol despuntaba al alba, la gran caravana ya estaba en marcha, al frente comandaban aquel enorme grupo, Harvir (Guerrero de Dios), Sahale (Halcón), Nayati (Luchador), Unkas (Zorro), Demoti (El que habla mientras camina), Sakuna (Pájaro), Kalisha (Coyote persiguiendo a los ciervos) y Taoyate Duta, era impresionante ver aquellas figuras en sus monturas, sus cuerpos pintados de vivos y oscuros colores, con símbolos para la caza, sus largas melenas, negras cómo el carbón, donde bellas plumas adornaban sus cabezas, pectorales de finas cañas bellamente trenzadas y huesos de animales, colgaban de sus cuellos, tapando sus pechos, armados con arcos y flechas, lanzas y el tomahawk, colgando de su cintura, pantalones echos de piel de castor, aquellos imponentes caballos, pintados también, con símbolos protectores, se les podría considerar los guerreros más hábiles y fuertes, avanzaban despacio, llevando detrás suyo al resto de gente que parecía una serpiente arrastrándose en aquel gran tapiz verde entre colinas, en las inmensas llanuras.
Detrás de ellos marchaban el gran jefe Makhpyia-Luta, junto a él cabalgaba Mausi (Flor sin pétalos) mujer de éste, quien a pesar de ser una mujer ya algo madura, en sus rasgos aún se apreciaba su gran belleza, de grandes y vivos ojos, facciones suaves, donde una gran boca, con perfectos labios, la hacían aún mas llamativa, Tashunka Witko, su hijo Pehin Sapa y otros guerreros, el silencio predominaba como una gran nube que les cubriera, un poco más atrás de ellos habría la caravana Anpaytoo, con otras mujeres destacadas cómo Kimana (Mariposa), Wapasha (Hoja Roja), Minowa (Cantante) y Yepa (Niña de la nieve), eran algunas de las mujeres destacadas de la tribu, incluso las tres primeras participaban en los grandes consejos junto con Mausi, sus ropas, confeccionadas con pieles de castor, antílope, zorro, etc, sus largos cabellos, negro azabache, de donde colgaban trenzas, adornadas con piedrecitas de colores, y huesos pequeños que les servía para prender sus hermosas trenzas, donde se colocaban flores y plumas de colores.
Tanto hombres como mujeres compartían las responsabilidades de la carga a transportar, dos palos largos con otros trenzados atravesados, formaban especies de camillas, donde en la parte delantera, ataban una cinta larga y ancha que les permitiera sujetarla con la frente y los extremos de los palos reposaran sobre sus hombros aligerando el peso, el mismo sistema prácticamente igual, lo usaban para que los caballos pudieran acarrear con los materiales más grandes o pesados.
Harvir se retrasó un poco en su marcha para acercarse a Pehin Sapa, sólo era diez años mayor que el chico, pero ya había demostrado su valía y destreza en el combate y la caza, su nombre se debía a que su madre había sido secuestrada en una incursión contra una caravana de colonos, y con el tiempo, ésta acabó integrándose en la unaoyate (tribu) y siendo desposada por uno de los miembros de la comunidad -pronto será un gran momento para vosotros, sois varios los que habéis demostrado vuestra valía, ya podéis participar con nosotros en la caza- dijo el guerrero dando un pequeño golpe con su lanza en el brazo al muchacho, mientras se reía a carcajadas y se tragaba un trozo de carne seca de bisonte, que llevaba guardado en una pequeña bolsa que colgaba de la cintura de su pantalón, -Si, lo se, Taoyate Duta, me lo dijo, estoy ansioso por poder ganar mis primeros trofeos, haré que mi madre, desde las verdes praderas, junto al gran Wakan Tanka, y mis antepasados, se sienta orgullosa de mi, al igual que mi padre- le dijo a su acompañante, -estate tranquilo, a Unk Cegi (así se denominaba a un hombre peludo, que decían que se aparecía cuando había peligro), no lo verás, déjanos hacer a nosotros, y aprende de lo que veas jajaja- respondió Harvir.
Los exploradores que marchaban de avanzadilla, volvían al trote hacia aquella gran caravana, Wentu (Cielo Claro), un guerrero ya veterano, de una estatura imponente, al que todos respetaban y temían por su envergadura y fuerza en la lucha cuerpo a cuerpo, se dirigió hacia Unkas, éste lucía unos brazaletes en la parte superior de sus brazos, donde colgaban unos dientes de oso, demostrando así a quien se había enfrentado en más de una ocasión y había derrotado, éste era el encargado de ir en primer lugar, -la manada de bisontes está a medio día de camino, hemos encontrado unas zonas donde nos será muy favorable la caza, sería conveniente acampar aquí, un poco más adelan
te se encuentra un arroyo- Unkas levantó el brazo mandando parar al resto, en un visto y no visto, cuando comunicó la noticia, la mayoría de los tipis estaban montados, desde una pequeña arboleda cercana, comenzaron a recoger leña para preparar los fuegos de las hogueras, al cabo de un rato, se reunió el consejo, donde decidirían quienes serían los guerreros que definitivamente marcharían al amanecer, el invierno y las primeras nieves no tardarían en llegar.
El cielo se iba tiñendo de color naranja, el sol comenzaba a despuntar en el horizonte, los caballos relinchaban y se movían inquietos, como intuyendo lo que iba a suceder ese día. Las hogueras de la noche, aún mantenían sus rescoldos calientes, -Hermanos, nuestros antepasados y el Gran Espíritu, están con nosotros, volad sobre vuestras monturas, sed fuertes y que Wakan Tanka, os proteja y os sea favorables- dijo Tashunka Witko, quien fue pasando delante de los guerreros que partirían en breve y a los que fue marcando con una señal en sus frentes. Al llegar delante de su hijo y de Nawat (Zurdo), éste era un año mayor que Pehin Sapa, e íntimo amigo de él, los dos jóvenes que estaban junto a otros de su edad aproximada y el resto de guerreros, prestaban atención a las palabras del hombre medicina, -Por fin llego vuestro momento, demostrad vuestra valía, sed dignos de vuestros ancestros y de vuestro pueblo, ya no sois niños, ahora sois guerreros, nuestro futuro- dijo el padre del muchacho, encendió la Pipa Sagrada, aspiró fuerte y lanzó cinco bocanadas de humo, pasándosela al resto para formalizar el rito.
Poco a poco los jinetes fueron partiendo del campamento, el resto de la unaoyate partiría a continuación detrás de ellos, era un grupo de treinta hombres, el astro rey ya comenzaba a calentar el día, cabalgaban al trote en silencio, solo el ruido de las patas de los caballos al golpear contra el suelo, era todo lo que se oía, al cabo de pocas horas de marcha, avistaron a los bisontes, eran cientos, los jóvenes que marchaban en el grupo, nunca habían visto nada igual, - Hoy será un gran día para nosotros, hermano, haremos caso de los consejos de nuestros mayores, nuestro Tunwan (Espíritu) volará cómo las aguilas en busca de sus presas, no debemos separarnos, juntos ahora y siempre!!- Pehin Sapa y Nawat intercambiaron miradas de asombro, aquello era un ruido ensordecedor, como miles de truenos sonando al mismo tiempo, soplaba una suave brisa, moviendo la hierba, como se mueven las olas en el mar, la partida de caza detuvo la marcha, debían de analizar el terreno y organizar cómo lo harían, -seremos nosotros los primeros que nos avanzaremos- dijo Isekemu (el que se mueve lento), Enyeto (camina como oso) y Chayton (Halcón), decidieron ser ellos los que avanzarían junto a él, echándose unas pieles de bisonte por encima, se acercarían hasta la manada, arrastrándose por la hierba alta y contra el viento, así los animales no podrían detectarles, el resto permanecería de momento a una distancia prudencial, aquellas moles inmensas de novecientos kg y casi dos metros de altura seguían pastando sin apercibirse de lo que estaba por llegar, los tres avanzaban sigilosamente, hasta estar a pocos metros de su objetivo, armaron sus arcos, dispararon sus flechas y dos de aquellas moles cayeron automáticamente como fulminadas por un rayo, al mismo tiempo que entre grandes gritos y como salidos de la nada el resto de jinetes se lanzaba en tromba contra los animales, sembrando el caos e introduciéndose en medio de ellos para tratar de seleccionar cada uno el que mas le interesara, -Pehin Sapa, no te separes de nosotros, mantente junto a Iyeska (aquél que habla blanco) y a mi, no dejes de disparar, aquella cría es tuya!, nosotros nos encargamos del macho!- gritaba Taoyate Duta con todos sus pulmones, aunque prácticamente era inaudible su voz.
El resto, por parejas o individualmente trataban de conducir a aquellas moles separándolas del resto, guiándolas hacia unas zanjas profundas donde caerían, quedando prácticamente muertas por el impacto y de donde no podrían escapar, en un momento dado, mientras Isekemu trataba de recuperar su montura para proseguir con la caza, un bisonte se separó de la manada, un gran macho, dirigiéndose como un tren sin frenos, contra el cazador, pillándole desprevenido y sin opción de poder apartarse del camino del animal, de rodillas en el suelo esperando el impacto, levanto los brazos en alto, cerró los ojos -Ha llegado mi hora, oh! Gran Espíritu, permite que me reúna con mis antepasados- cuando ya era inevitable, el animal cayó junto a su lado atravesado por una lanza, -no, aún no ha llegado el momento, tienes muchas cosas que enseñarme y de las que tengo que aprender!- dijo con una gran sonrisa en su rostro Pehin Sapa, tirando de las crines de su caballo pinto y dando la vuelta, para proseguir al galope a por otra pieza, el guerrero cheyenne e Iyeska no daban crédito a sus ojos ni a lo que había pasado, -jajaja, el muchacho acaba de salvarte la vida, ahora tendrás una cuenta pendiente con él- dijo Taoyate Duta, uno tras otro iban cayendo los bisontes, bien por las flechas, bien por las lanzas, aquel manto verde comenzaba a teñirse de rojo, decenas de animales iban quedando tumbados en la pradera, ver aquellos jinetes cabalgar era como ver un solo cuerpo, los caballos sabían perfectamente lo que tenían que hacer.
Nawat en una mala opción, no pudo dominar su montura, cayendo al suelo entre la estampida, su caballo fue arrollado y pisoteado, el joven intentaba apartarse de las moles para evitar morir aplastado, cuando de pronto apareció una mano que le cogió por el brazo y como si una pluma fuera lo alzó a su montura, para sacarlo de allí -Estuvo cerca muchacho, pero saldrás de esta, sujetate fuerte!!!- le dijo Wentu, que había visto lo que había pasado y no había dudado en acudir en su ayuda, habría pasado menos de una hora, y la caza ya se podía dar por finalizada, los guerreros comenzaron a reagruparse, contemplando el exitoso día, había sido excelente, -Gracias, me has salvado la vida, me has demostrado que aun no era el momento de marchar a las praderas sagradas, no nos equivocamos contigo, has demostrado tu gran valía en tu bautizo en la caza- dijo sonriente Isekemu, -Ya te dije que te tengo en gran estima, como hermanos que somos, aunque no corra la misma sangre por nuestras venas, e hice lo que debía- dijo Pehin Sapa -jajajaja- reía estruendosamente Taoyate Duta, -Sabía que serías como un veterano cazador, y el gran hombre medicina, tu padre, así lo auguró, dijo que te veía cómo un gran líder, y lo has demostrado hoy-.
Cuando empezaba a oscurecer, el resto de la tribu, fue llegando al lugar donde estaban los cazadores, el júbilo de todos al ver el resultado, fue increíble, comenzaron a montar el poblado y al poco tiempo dieron lugar las celebraciones para agradecer las piezas de donde aprovecharían todo. Por la noche, a la luz de los fuegos, dieron comienzo los bailes, los tambores sonaban con un sonido ritmico, y alrededor de las hogueras danzaban los guerreros en círculos con sus escudos, decorados con figuras geométricas, animales pintados de vivos colores, plumas colgando de ellos, con lanzas y tomahawks, algunos incluso portaban rifles, aunque eran escasos, conseguidos en alguna escaramuza contra los colonos, y en trueques con los tramperos blancos, a los que se los cambiaban por pieles, las mujeres y algunos hombres, con sus voces entonaban una especie de cántico, donde las sombras reflejadas por las llamas, y los movimientos, creando un espectáculo, que podría parecer fantasmagórico en aquella llanura inmensa.
-El invierno, está próximo, pero después del día de hoy, tendremos comida suficiente para poder soportarlo, el Gran Wanka Tanka, nos ha sido favorable, he escuchado que Pehin Sapa, como predijo, nuestro Wicasa Wakan (hombre medicina), se ha comportado cómo un gran guerrero, ha salvado la vida de Isekemu, el cual ahora estara en deuda con él- dijo Makhpyia-luta, tomó la palabra Tashunka Witko -Noa (Espiritu venido de las estrellas) me ha mostrado que se acercan malos tiempos para todos nosotros, sangre y fuego inundaran nuestros pueblos, grandes grupos de wasicus, invadirán nuestros territorios, matarán bisontes, y animales allá por donde pasen, queriendo quedarse con nuestra madre tierra, esa es mi visión en el In Rapagi (sudadero o cabaña, donde el Chamán tenía sus visiones)-.
Durante unos instantes, a pesar de las danzas y celebraciones por la caza, en aquel pequeño grupo de hombres y mujeres, miraron a aquel hombre espigado, con los ojos hundidos, con profundas cicatrices y arrugas surcando su cara, sentado en cuclillas, las llamas iluminando su rostro, dándole un cierto aire siniestro después de los comentarios de sus visiones, Kimana (Mariposa) una de las mujeres que formaban parte del consejo, y una de las más jovenes que tenían derecho a estar alli, con sus largas coletas trenzadas con cuerdas de colores, y dos plumas adornando su cabeza, con unos ojos de mirada dulce, pero dura en su carácter, se dirigió al resto –tus palabras siempre están llenas de acierto, pero somos Oglalas, de la gran nación Sioux, desde que el Gran Espíritu, creó la vida, nada ni nadie, ha podido echarnos de nuestro lugar, árboles, pájaros, ríos, montañas… todos somos uno, Tú ves sangre y fuego, dices que un Tetón (así se designaba a un grupo de varias tribus), perderá su vida, pero pelearemos, es nuestro sino- el resto de interlocutores asentían con la cabeza, cruzando las miradas entre ellos.
Al día siguiente el poblado comenzaba a funcionar, era la hora de trabajar con los animales cazados, la piel gruesa y robusta de los viejos búfalos era usada para realizar escudos que colocaban a la entrada de sus viviendas y para los mocasines que portaban en invierno. La piel delgada de un búfalo más joven se utilizaba para bolsas de tabaco y ropa interior. La grasa de búfalo en cambio, para realizar el jabón y el lado áspero de la lengua para crearse sus propios cepillos de pelo, huesos para hacer agujas y flechas, los sesos se empleaban para untar las pieles y hacerlas más suaves e incluso las boñigas, secas, para dar una buena lumbre, hilo, cordones, riendas para los caballos, sillas de montar, vasos para el agua, pequeños barcos para cruzar los ríos, pegamento.
Cada una de las parte de la carne la convertían en alimento, los pies también los hervían para luego alimentarse. Con los cuernos fabricaban cucharas, con sus huesos raspadores, con la cola sus cascos y matamoscas, con sus tendones cuerdas para sus arcos y de sus hilos realizaban sus vestidos. El pelo de la cabeza lo trenzaban para colocárselo ellos mismos.
La mayor parte de las viviendas, eran cubiertas con pieles de búfalo, que peinaban hacia arriba. Las camas, también hechas con la misma piel de búfalo, fueron colocadas alrededor del borde del tipi. De ellas colgaban bolsas donde guardaban agua, armas y el traje del guerrero. El agujero de humo en lo alto se movía según la dirección del viento. En invierno, el humo mantenía el tipi caliente, en verano, el borde inferior del tipi se levantaba para que corriese el aire.
Los indios cazaban muchos más animales de los que necesitaban. Muchas veces lo que hacían con tantas cantidades era negociar sus pieles para bienes de los colonos como cuchillos, armas y otros objetos metálicos. También poseían un calendario de piel de búfalo que comenzaba en el centro en el año 1800 y continuaba hasta 1871. Cada año se mostraba con un evento. Lone dog (que era como se llamaba al calendario), no indicaba ninguna batalla con los blancos.
Wapasha y Yepa, dos jóvenes muchachas, de unos veintipico años, llevaban la voz cantante a la hora de distribuir las tareas al resto de personas, dejarían allí instalado el poblado hasta la próxima primavera, tenían ya todo lo necesario para el invierno que llegaría pronto, era cómo ver un hormiguero donde cada uno sabía sus responsabilidades y sus quehaceres, algunos hombres se encargaban de demostrar sus destrezas en la lucha, peleando entre ellos para mantenerse en forma y así estar preparados para cualquier situación de batalla.
Oscuras nubes asomaban por el horizonte, Tashunka Witko estaba sentado en lo alto de una colina, alejado del asentamiento, el aire se tornó denso, el viento a soplar con fuerza, éste se tapó con unas pieles de zorro, para resguardarse del frío y las primeras gotas de lluvia que empezaban a caer, levantó la vista hacia el cielo, sus labios comenzaron a moverse, cerró los ojos, el agua corría por sus mejillas, manteniéndo la cabeza levantada, -Gran Espíritu, me lo vuelves a mostrar, estas praderas bañadas de sangre, mi pueblo pasado a cuchillo, dolor, fuego, muerte allá donde mire, pronto los malos espíritus, nos invadirán, que Ogletonka (líder de la guerra) esté con nosotros-.
Al cabo de un largo rato, caminando con paso cansado, cómo si soportara todo el peso del mundo sobre sus hombros, volvió al poblado, al pasar entre la gente, le miraban extrañados, nadie se atrevía a mirarle directamente a la cara, se apartaban conforme se iba acercando, Anpaytoo se acercó a él -marido mío, veo reflejado en tu rostro la tristeza, conozco el resultado de tus visiones, se que te aflige el alma, pero podría ser, que te equivocaras?- -No!! se muy bien lo que me ha sido mostrado, pero cómo me fue revelado en su momento, veo a nuestro hijo, liderando nuestro pueblo, siendo el más grande, entre los grandes!- dijo Tashunka Witko, -en no muchas lunas, su nombre sería temido y admirado por todos los seres!-.








CONTINUARA.....



martes, 31 de julio de 2012

Quien soy? adonde voy?





que puedo esperar ya?

Hace ya tiempo las raíces del árbol de mi vida se secaron,
la vida se fue escapando cómo el suspiro de un bebé,
no se adonde se dirigen mis pasos, creía ya tener una vida,
pero no, han sido más de una, todas fracasadas,
si el destino cumpliera su cometido, otra luna me acompañaría,
me perdí en el camino hace ya muchos años,
dando tumbos, como el perro que nunca ha salido de casa,
y en un lamento, se encuentra abandonado en mitad de la nada,
estoy en mitad de mi existencia, larga vida me auguraron,
y que tengo? Nada.

Hubo un tiempo en el que un alma, habría dado la suya por la mía,
sólo por verme feliz, por amarme, se equivocó, se encontró el mal,
algo podrido me condujo por una senda maldita,
meses, años perdidos, tratando de volver a sentirme amado, deseado,
sentirme vivo, ser algo y alguien para otro corazón,
para ese ser que quisiera compartir, lo poco bueno que queda en mi,
he luchado hasta desfallecer, hasta la extenuación,
en el amor no hay vencedores, pero si perdedores,

Yo soy la prueba fehaciente, la maldad debió de habitar en mi interior,
así aún lo estoy pagando, a un precio muy alto,
tuve un corazón oscuro, sangre que corría por mi interior,
que había sido maldecida, ahora lo veo con nitidez,
se suele decir que todos pagamos nuestros errores y maldades,
no hay mayor castigo que en el amor, ser capaz de dar la vida,
y no ser más que humo en medio de un incendio,
para ese amor que te rechaza, que te ignora y te aparta,
esa es una manera de recibir el castigo, por el mal hecho en otra vida,

Siempre recibiremos con la moneda que pagamos,
ahora pienso, que, debí de gastar una fortuna, me creí millonario,
porque al cabo de los años, de haber tratado de hacer penitencia,
de haber querido saldar mi cuenta, aun sigo pagando,
no logro ya recordar con exactitud cuando erre en mi caminar,
solo se que el castigo que me imponen, lo que vivo,
ha superado cualquier dolor que un corazón pueda soportar...


lunes, 28 de mayo de 2012

un nuevo comienzo





a veces hay que perder para ganar


Siento un frío glacial correr por mi espalda desnuda
en las horas más oscuras, tu gracia no brilló en mi
esa sensación que me adormece, nadie se preocupa,
alguna vez pensaste que necesitaba amor?
Ya nunca sabrás cuanto luché para encontrar mi espacio,
para satisfacerte, las cosas estarán mejor cuando me haya ido,
pero cómo viví mi vida por ti, y a pesar de todo...
me diste la espalda, estos años pensando que estaba equivocado,
ahora sé que eras tú!!



Levántate, levanta tu cara, tu ojos, tu mirada, ahora dime:
¿ Quien crees que eres? Caminaré solo, a la tierra prometida
hay un sitio mejor para mi, donde volver a renacer,
por lejos que esté, llegaré, no puedo perder más,
aunque tenga que morir primero, volveré, seré lo que fui
pero la experiencia me ha mostrado el camino a seguir,
a esquivar piedras en un camino angosto, oscuro y cruel,
la soledad no solo la sienten los tontos.



Solo quiero aliviar este dolor, esta carga que me arrastra,
viviendo anclado en el pasado, no se avanza a ninguna parte,
tenemos que construir sobre lo vivido, actualizar el presente,
crear un futuro nuevo, porque llegado el momento de la verdad,
todo lo pasado quedará atrás, huellas que se perderán,
las cosas buenas y malas ya se fueron, si ganamos algo... perdimos
mis sueños, mis ilusiones, arrastrados por el barro, pisoteados
se ganará o se perderá, el tiempo lo dirá.




A veces el destino es jugar a la ruleta rusa, una lotería cruel
los tiempos que pudimos tener buenos, fueron un vacío en el corazón
la distancia no significa olvido, tampoco repetición de errores,
ahora que ya ha pasado, me pregunto ¿quien te ama?
dime que soy yo, dime quien fui para ti, un mal sueño quizás...
quien pueda amarte de verdad, mataría por ti,
no te ama quien no te deja continuar tu vida,
no es tu amigo, no tu amor, quien no te deja avanzar,.



Cometí miles de fallos que ahora quisiera reparar
momentos buenos y malos, mis lágrimas con la lluvia se fueron,
caminé por desiertos y montañas, cumpliendo una condena,
con mi amor la quise pagar, pero no había indulto para mi,
necesito ser salvado antes de que sea demasiado tarde,
quiero mostrar mi alma de guerrero y de nuevo pelear
volver a la vida, remontar el río, sentir la suave brisa,
sólo así, después de redimir mis pecados, tendré la libertad,
ahora veo luz, mi vida comienza de nuevo...



Caballoloco

sábado, 28 de abril de 2012

no se lo que soy...




alguna vez llegue a ser alguien?


Antes de que llegue la luz de la mañana, no siento nada,
me revuelvo en la cama, peleando contra mil fantasmas,
solo imágenes oscuras asaltan mis sueños profundos,
no logro ver más allá, soy un ciego viviendo en penumbras,
mi garganta se desgarra, mis labios ya no articulan,
gritando mil palabras en la profundidad del infinito,
el dolor de la soledad, vacío hueco en un árbol ya muerto,


no quiero, me niego a sucumbir al destino, rendirme? aun no!!
quiero luchar, en un océano, donde la tempestad me mece a su merced,
puedo verlos, malignos espíritus, revolotean a mi alrededor,
buitres acechando al animal moribundo, esperando su recompensa,
la luna corrió a su refugio, escondida en un manto negro,
camino palpando, sin nada a lo que aferrarme, mis manos perdidas,
impotencia, desolación, tristeza, dolor, angustia, rabia...
palabras con sentido, esta es mi representación, asi puedo verme,
llorar sin derramar lágrimas, pero que brotan del corazón,
mi alma se desgarra, se retrae, poco a poco se pierde en la nada,
quiero estar ahí, pero una manos invisibles me apartan,
soy cómo esa roca en un acantilado, que el mar golpea incesantemente,
llegado el momento, estaré moldeado a su fuerza,


quiero moverme, pero estoy atado, quiero llegar,
pero me empuja hacia atrás, la marea baja, puedo descansar,
no, sólo son ilusiones, otro día más, vuelve a subir,
agramar con más fuerza, día tras día, no hay respiro, no hay paz,
anhelo volver a empezar, poder retornar a años luz,
donde no sufrir, al tiempo que era algo y alguien, a sentir vida,
deseo cerrar los ojos, soñar, despertar con mirada vivaz,
poder abrir la boca y sentir mi voz, saber que me escuchas,
experimentar que estoy de verdad ahi para ti,
no ser ese arbol caído a punto de morir, y si es asi...
que sirva, para con el tiempo, alimentar a tu nueva vida.


by caballoloco


martes, 10 de enero de 2012

Soñemos juntos




los sueños pueden ser realidad

Sigo viviendo en el recuerdo de tu amor,
al soñar por las noches te veo alli, pero al despertar no estas ahi,
tu has sido mi inspiración, por eso siempre te amaré,
porque eres la que me hace suspirar a mi alma,
siempre estaré ahi donde tu estés, nunca te abandonaré
por los tiempos pasados y venideros siempre por ti velaré,
nunca marcharé de tu lado, nuestros recuerdos no pereceran,
nadie sabe ya porque este amor puede morir, alimentando el dolor,
la brújula del tiempo ha estado a punto de hacernos olvidar,
quiero poder verte correr, poder verte gritar, verte de nuevo soñar,
hoy quiero luchar, hasta que vuelvas de nuevo a reir,


no podemos vivir con la esperanza dormida, quiero ser feliz,
y de nuevo cómo dos pájaros libres volver juntos a volar,
cuando cierro los ojos te veo aún en mis sueños,
vivimos la vida sin vivir y a cada paso morir, pero lates dentro de mi,
no quiero despertar de estos sueños junto a ti,
y en cada sueño verte, quiero de nuevo verte sonreir,
es difícil olvidar cuanto te amo y prometí, esta clavado en mi corazón,
no quiero marcas en la distancia, todo mi mundo eres tu,
pienso y sueño en ti sin descansar, por todos los poros de mi piel,
eres la razón de mi existir, mi infierno y mi cielo,
marcado a fuego dejaste mi ser, no puedo renunciar, no quiero,




hoy vuelvo a vivir como aquella noche en que te conocí,
mirame, estoy aquí al igual que ayer, prometo darte mi amor,
por ti moriria mil veces, tu eres el alimento de mi corazón,
compartimos alegrías y dolor, y solo por nosotros cambiamos,
hemos vivido tormentas y tempestades,  la calma en el horizonte esta,
solo puedo decir, que sueño o despierto, ficción o realidad,
mi amor y deseo por ti es real, tomaré tus manos, te voy a amar,
juntaremos nuestras vidas, nuestros cuerpos en este sueño,
no es fácil el camino, pero el sentimiento no se va a perder,
siempre estaré junto a ti, mil historias de amor viviremos...



by caballoloco

lunes, 9 de enero de 2012

El hada del bosque






todo siempre llega, solo es cuestión de tiempo



Siento como el viento azota los brazos de los árboles,
oigo gemidos y lamentos abriéndose paso hacia mi,
siento esta soledad nocturna, desgarrando mi frágil alma,
antaño duro cómo la espada incandescente templada en agua,
las hadas del bosque no son lo que hacen creer,
seres dóciles y complacientes, con afilados dientes cómo agujas,
me adentré entre penumbras, consciente de temores y peligros,
no estoy por encima del bien ni el mal, pero se diferenciar,
años han pasado desde que sentí aquella voz, melodía al vuelo,
mi escepticismo me ayudó a negar, las evidencias,
pequé de soberbia, de poder lograr un milagro, de llegar a ella,
tanto tiempo vagando por las sombras, buscando su luz,
otros antes que yo, habían abierto caminos,
pero... sólo queda uno,




un andar entre espinos, lodos, todo está enmarañado,
no es fácil advertir una salida, aún no quiero salir, ansío seguir aquí,
mi corazón atrapado en una telaraña invisible, una fuerza me atrae,
mis pensamientos desbarran, que me retiene en esta locura?
No soy el guerrero atrevido, es algo superior lo que me rechaza,
viví creyendo poder ganar, el hada del bosque, esta encantada,
un ser maligno habita en su interior, la posee,
ella cree poder manejarlo, pero cómo en todo mal, no hay control,
mi tiempo se acaba, quiero luchar, pero mis fuerzas flaquean,
hinco las rodillas en el fango, retiro mi armadura y pido clemencia,
ya no hay nadie, mi hada del bosque, murió...  



by caballoloco

La tempestad




que es una ilusión?



Por que me siento asi? Una tempestad en el mar se libra en mi interior,
las olas golpean dentro de mi, erosinando mi alma,
es cuestión de tiempo que se abran paso entre las rocas de mi ser,
si la calma no llega pronto, no será hoy, no será mañana,
pero si en un futuro no lejano, acabarán haciendo mella,
vienen y van, arrasando en un vaivén incesante.


Un pequeño velero marcha a la deriva, en medio de la inmensidad,
creo ver ahi a mi corazón, no sabe cómo gobernarlo,
me siento insignificante ante tales embestidas, no logro el control,
oteo el horizonte, pero sólo veo oscuridad, no hay nada,
no quiero ni puedo perder la esperanza, me aferro a una ilusión,
pero el desánimo se apodera de mi cómo la lava en un volcán.



Quiero luchar contra los elementos, pero empiezo a extenuar,
mil recuerdos afloran en mi cabeza, imágenes tristes y alegres,
pensamientos que me ayudan a no desfallecer,
el día se volvió noche, la luz, tinieblas tenebrosas, estoy solo,
se apodera de mi la irracionalidad, bramando en la nada,
mi cabeza es cómo un molino de viento en un huracán.


Noto la humedad calando mis huesos, cada vez más frágiles,
el agua empieza a entrar en el interior de mi barco,
zarpé en busca de una sirena, pero la travesía estaba embrujada,
creí poder llegar a ella, pero su canto me traicionó,
es lo más bello jamás visto, el mar eran sus ojos, su pelo el sol,
me enamoré, perdí la cabeza por ella, casi la vida.


Nubes cada vez más negras, se acercan por el horizonte,
creí poder luchar y ganar a ese encantamiento,
quise amar, aclarar el cielo con un amor puro y sin igual,
no se inmutó, no soy cómo ella, ni ella cómo yo,
sintió lástima, me ayudó, quería devolverme a lo que fuí,
pero el sentimiento que yo quería, estaba desaparecido.



Partí un día hacia un nuevo mundo, hacia un nuevo futuro,
pero no se puede viajar sin equipaje, ni tampoco llevar lastre,
vagué por los mares, buscando esa leyenda, que decían era belleza,
la encontré, con ella aprendí a amar, a disfrutar de la vida,
el tiempo puede ser un arma de doble filo, puede ayudar,
también puede destruir, la incertidumbre se apodera de mi.

Ya no se, si podré capear el temporal, me siento mas desfallecer,
el oleaje me lleva a la deriva, sin rumbo que seguir,
no quería perderla, hay universos paralelos, cada uno en el suyo,
cometí un gran error, quería tenerla conmigo, pero vive en su mundo,
creí convencerla, que podía cambiar su habitat, su vida,
pero las olas sólo me llevaron a la deriva lejos de allí...


by caballoloco